Como ya es habitual, el maestro de ceremonias, Charles González Palisa, dio apertura al acto de izamiento de banderas por el 85 aniversario de nuestro querido Club Centenario, con el saludo protocolar a los presentes, al tiempo de evocar algunos pasajes de los años de fundación. «Cuántas nostalgias, queridos amigos», fueron parte de sus palabras iniciales, para luego invitar al flamante presidente, Eduardo María Livieres Guggiari, y al vicepresidente Luis Emilio Pecci Díaz de Bedoya a la gala de izamiento del pabellón nacional y de la bandera del Club Centenario; estos a su vez mencionaron la honorable presencia de los expresidentes de nuestra institución.
La entonación del Himno Nacional patrio se realizó con la banda de músicos de la Policía Nacional, dirigida por el maestro Óscar Barreto. «Así saludamos a la Patria en este día tan especial, de los ochenta y cinco años de vida fructífera».
El Coro del Club Centenario, bajo la dirección del maestro Enrique Álvarez, tuvo a su cargo la entonación de la alabanza al Club Centenario, seguida de las canciones Mis noches sin ti y Paraguaya linda.
La ceremonia comenzó pasadas las 11:30, del día 18 de abril, en la plazoleta de nuestra entidad social, seguida de un brindis en el Salón Fundadores. Ya en la representativa sala, el presidente Eduardo María Livieres Guggiari resaltó la hermosa y soleada mañana de aniversario, expresando el «placer de recibirles, como presidente de la actual Comisión Directiva, acompañado de los integrantes actuales».
Agradeció la presencia de autoridades de clubes amigos, entre ellos el presidente del Club Deportivo de Puerto Sajonia, Luis Rojas; el presidente del Club Náutico San Bernardino, Luis Callizo; así también de los expresidentes, exvicepresidentes y exdirectivos, miembros de la Comisión de Adultos Mayores; integrantes del Coro, así como la asistencia espontánea de socios y socias. «Hoy es un día de fiesta, cumplimos ochenta y cinco años y celebramos en este emblemático salón, que es el Fundadores... A veces pienso que los creadores en 1937 jamás se imaginaron en lo que actualmente es el Club Centenario y hacia dónde va. Es un mérito de nuestros abuelos, padres, de aquella primera Comisión Directiva y de las subsiguientes que fueron marcando la evolución y la impronta del Club Centenario, distinguido por el trabajo, la honradez, vocación de servicio y la huella de hacer».
Recordó que las distintas actividades culturales, sociales y deportivas fueron demandando más espacio físico, por lo que se debió recurrir a la adquisición de otras instalaciones, con proyección futura como nuestra sede de Surubi’i. «Es un honor mencionar a todos los socios, las comisiones directivas, subcomisiones, a los que ya no están con nosotros y que han dedicado tiempo, esfuerzo, cariño y alegría a nuestro querido Club Centenario. Para todos ellos, pido un fuerte aplauso».
Reiteró que desde su gestión seguirá honrando la herencia dejada por quienes iniciaron y continuaron con los propósitos de confraternidad, de afianzar vínculos y de integración de las familias paraguayas. «No olvidemos que acá venimos para disfrutar de los espacios y pasar bien».
El presidente, igualmente, pidió un fuerte aplauso para todos los colaboradores, trabajadores, contratados, «para los que están y para los que se fueron».
Concluyó recalcando su agradecimiento a todos los que de una u otra manera contribuyeron con el engrandecimiento del Club Centenario. «Hoy todos somos merecedores de ese éxito. Les pido que levanten sus copas y brindemos por los ochenta y cinco años. ¡Salud!».
Los presentes ratificaron lo expresado levantando sus copas, acompañados de alegría, risas y buenos deseos, mientras, de fondo, sonaban los violines de Steven Wu
