Lobo Martínez y Marcos Brizuela en un Show Memorable

Rubén Darío Martínez, conocido artísticamente como Lobo Martínez, y Marcos Brizuela, dos grandes de la música, amigos y hermanados por el arte, presentaron un show en un nuevo Miércoles Culturales del Club Centenario. El concierto duró más de una hora, pero el público con todas las canciones en la memoria estaba para más.

Es que ambos artistas cuentan con una inmensa trayectoria. Martínez tiene más de cincuenta años sobre el escenario. Muchos lo recuerdan de los Jokers, la famosa orquesta de la década de los 70, o de Samba Show, la también afamada agrupación que fundó en el año 1974. 

Brizuela comenzó sus primeras actuaciones en los festivales intercolegiales y universitarios, donde conoció a Maneco Galeano, quien le permitió cantar sus primeras letras, Soy de la Chacarita y Dos trocitos de madera. Esto lo consolidó en los escenarios, dándole mayor destaque a su carrera.

Cada uno hizo su camino, pero la vida se encargó de juntarlos una y otra vez, como en el Centenario, en una presentación profunda, entrañable, de conexión con el público, recordando las serenatas en la época del colegio Internacional. También cuando actuaron en la pizzería del arquitecto y escultor Sebastián Chan Guggiari, en el 2019, año en que Lobo Martínez había publicado en sus redes sociales: «Hay hermandades más fuertes que la sangre, similitudes y emociones que el ADN no puede explicar. Lobo Martínez es hijo, heredero y legatario de la obra de don Eladio Martínez, llamado con toda justicia El Grande. Inmenso en su estatura artística y en su generosidad humana, don Eladio decidió tener un ahijado artístico al que entregó la llave del cofre que guarda los más sutiles secretos de su arte. El elegido fue Marcos Brizuela. Lobo está hecho de música, la música que aprendió a amar y respetar a la sombra de un padre singular. Marquitos llegó y triunfó. Don Eladio le contó cómo cantar tocando el alma del que escucha. Hoy, estos hermanos en el arte, Lobo Martínez y Marcos Brizuela, se unen en el escenario y entregan un show para el asombro».

Podemos replicar estas últimas líneas, ya que fue, exactamente, lo que sucedió en el Salón de Honor de nuestra querida entidad social. Dos hermanos en el arte volvieron a reunirse, entregando un show para el asombro. Y nuevamente, el público tuvo el privilegio de escuchar las mejores versiones de las mejores canciones, como en el 2019, en lo de Chan.

No faltó la emoción al recordar aquellos años de juventud, cuando iban de ronda en ronda o las noches de La Guarida del Matrero o al evocar las canciones de Maneco de Galeano. «Los tiempos no se repiten», expresó un conmovido Lobo, en la noche del 20 de julio, una noche impregnada de melancolía, cariño y cordialidad.

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