Fue la frase que expresó una socia para referirse a su padre, mientras ingresaba junto con toda la familia a la comida organizada por el Club Centenario para agasajar a todos los papás. Como ya es tradicional el tercer domingo del mes de junio, fecha en que se celebra el Día del Padre, centenares de socios, amigos y familiares llegaron hasta nuestra institución para disfrutar de los almuerzos realizados en dos ambientes diferentes: uno, resguardado del sol, en el Salón de Honor, y otro, en la hermosa zona arbolada de El Quincho Central.
Dos lugares distintos, pero con la misma excelencia en el servicio y la atención a todos los invitados. En el Salón de Honor se pudo disfrutar de estaciones de fuego con diferentes cortes de carnes y cocciones a las brasas; bufet de ensaladas y guarniciones; una enorme mesa fría de platos italianos y orientales; bufet caliente de pastas, risottos, carnes y pescados; estación de sandwichería con desmechados y sus salsas, y la infaltable mesa de postres y helados.
La ambientación musical estuvo a cargo de los artistas Marcelo Gabriel y Sol Codas, quienes interpretaron temas retro y otras canciones más actuales, como para todos los gustos de papis que asistieron al almuerzo.
Para aquellos que deseaban disfrutar de un almuerzo dominguero al aire libre, El Quincho Central fue la mejor opción: tenedor libre de asado, acompañamientos y deliciosos postres. El cálido sol de la mañana, en un día de frío, fue algo muy admirado por las personas que asistieron al encuentro, así como también el grupo de música en vivo, a cargo The Classic’s, que presentó una selección de canciones de todos los tiempos.
Dos propuestas organizadas por el Cente, con cariño y esmero, para agasajar a la estrella del día: el papá de la casa.
