Ochenta y tres jovencitas, hijas de socios, realizaron anoche su tradicional presentación en sociedad, en una fiesta por demás elegante, llena de distinción. La fiesta se dio inicio con las palabras del presidente del Club Centenario, José María Livieres Guggiari, para luego dar paso al tradicional desfile en un imponente marco logrado follajes y jardines verticales complementados con mosaicos en 3D salpicados con rosas, lirios y eucaliptos mentolados. Con sus vestidos blancos, radiantes y sonrientes, fueron bajando las escaleras y al pie de la misma recibidas por sus orgullosos padres.
Esta celebración es una de las más representativas del Club Centenario y que se sigue realizando con todos los honores, la belleza y la distinción.
En un ambiente exquisitamente decorado, follajes, raíces, ramas y flores naturales; con tonos degradados desde el fucsia hasta un delicado rosa, con pequeños detalles en tono crema y té; los hombres de riguroso smoking blanco y las damas de largo, disfrutaron de la agradable noche, de presentación en sociedad.
Las jovencitas debutantes con orgullo lucieron la medalla que eterniza un momento sublime para ellas. Los compases del vals estuvieron a cargo de Orquesta Paraguaya de Salón, bajo la dirección del Maestro Miguel Ángel Echeverría. La emoción invadió la pista central cuando las princesas dieron comienzo al baile con sus padres.
El menú fue una elaboración a base de terrina de queso azul y sus complementos, como entrada. De plato principal se sirvió lomito en salsa de mostaza antigua acompañado de lingote de espinacas y duxelle de champiñones. La sobremesa fue un disfrute de bombón de chocolate y corazón de vainilla con coulis de frutilla.
La fiesta se prolongó hasta bien entrada la madrugada, a pura emoción y alegría.
