Berta Rojas, una de las grandes guitarristas de nuestro país, con una importante y visible carrera extendida en el tiempo, fue la invitada al ciclo de los Miércoles Culturales, del día 10 de agosto. Más de 500 socios asistieron a la gala y disfrutaron de la aclamada y querida artista paraguaya.
El vicepresidente de nuestra institución, Luis Emilio Pecci Díaz de Bedoya, dio la bienvenida al concierto y agradeció la presencia de los concurrentes, en medio de aplausos cerrados. «Estamos muy contentos de recibirles a todos en nuestro ciclo de los Miércoles Culturales. Espero que disfruten de las interpretaciones de nuestra embajadora internacional Berta Rojas», expresó.
Agradeció igualmente a la Comisión de Cultura y a todos sus integrantes por la impecable organización. «Disfruten, es para ustedes. Gracias», puntualizó, recibiendo más aplausos.
Por su parte, la presidenta de la Subcomisión de Cultura y Cine, Ana Martini, dio también la bienvenida a los asistentes en nombre del presidente de nuestra institución, Eduardo María Livieres Guggiari, quien no pudo asistir por motivos de viaje; en nombre de los directivos, entre quienes se encontraban la presidenta de la Comisión de Cultura, Margarita Appleyard; la presidenta de la Comisión de Eventos Sociales, María José Miranda Ugarriza; el presidente de la Comisión de Hacienda, Rafael Heisecke Gómez; el presidente de la Comisión de Deportes, Reinaldo Canale Sosa; el presidente de la Comisión de Surubi’i, Jorge Abente Saralegui, y el síndico, Héctor Jorge Izaguirre.
Emotivas palabras de Martini antecedieron al concierto, tales como «talento y dignidad», «esta voz, esta mirada, esta gran interpretación de la maestra Berta Rojas», «llevar nuestra cultura al mundo». Elocuentes dichos ante un auditorio que escuchó atentamente.
Martini también recordó al maestro Agustín Pío Barrios, «a quien le fue negado actuar en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane; sin embargo, tuvo la oportunidad de brillar en el mundo y dejar, así como Berta Rojas, un legado magnífico».
En otro momento de la impresionante noche, Martini mencionó a Heitor Villa-Lobos, director de orquesta y compositor brasileño, quien calificó a Agustín Pío Barrios, como «inalcanzable». «Berta Rojas es también hoy la inalcanzable, porque reúne valores de los que en el Club Centenario nos sentimos muy honrados y hacemos gala de ello: talento y dignidad. Les pedimos un fuerte aplauso...», pidió.
Las expresiones no pudieron ser terminadas ante la ovación y silbidos que se hicieron sentir en el Salón de Honor. Una sonriente Berta Rojas apareció seguida por los reflectores. «Es hermoso estar aquí esta noche. Hace frío afuera, pero aquí no, está calentito de esos corazones que nos reunimos para hacer música».
Rememoró las veces que subió a los escenarios del Club Centenario, con orquestas, con Juan Cancio Barreto, como solista... «antes de emocionarme más, bienvenida la música».
Y sonó Segovia, de Ida Presti, a la que le siguió Idylle pour Ida, op. 93, de John Duarte; luego Danse rythmique, también de Ida Presti, para pasar a Sonatina, de Federico Mareco Torroba, y, posteriormente, emocionar con Anido’s Portrait, de Sergio Assad, y culminar, magistralmente, con Tres danzas paraguayas, de Agustín Pío Barrios, también conocido como Nitzuga Mangoré.
La artista fue escuchada y aplaudida por el público, también por las reflexiones vertidas entre cada de una de las interpretaciones, en especial por los logros de las mujeres a lo largo de la historia, como la francesa Ida Presti o la argentina María Luisa Anido, pioneras de la guitarra clásica, en quienes se inspiró, justamente, para realizar su álbum denominado Legado y del que, realmente, disfrutamos en la noche del 10 de julio, a sala llena.
Berta Rojas, un nombre propio, virtuosa, asombrosa, cautivante, es una estrella que sigue llevando verdaderas proezas con la guitarra por el mundo; además, es fuente de inspiración para muchos jóvenes, a través de las giras que realizaba por los colegios, donde transmitió sus conocimientos y valores culturales
