El vóley es otro de los deportes que volvieron durante la segunda quincena de noviembre. También fue sometido a protocolos sanitarios estrictos para evitar los contagios por COVID-19, teniendo en cuenta que su naturaleza de juego es la disputa del balón con las rivales cara a cara, separadas solo por una red cuando hacen el bloqueo o un mate en la zona de ataque.
La última actividad oficial fue el inicio de la maratón de vóley del verano que fue una especie de entrenamiento antes del inicio del Apertura de vóley. Ahora, luego de los meses de confinamiento preventivo, las prácticas vuelven, con baja intensidad, de manera que las atletas vayan acondicionándose, para luego ir desarrollando ejercicios de alta intensidad.
Los encuentros se dan de lunes a viernes, en horas de la tarde-noche, tiempo en que organizan los equipos parejos para los amistosos, y calibrar el potencial, corregir los errores y fortalecer las virtudes para así llegar con buen ritmo a las competencias oficiales, que podrían darse el año venidero.
Mucho entusiasmo entre las jugadoras, quienes se mostraron felices por la aprobación de los protocolos sanitarios de su deporte. El compromiso es tomar con calma y precaución, porque la enfermedad todavía continúa en el ambiente.
